Del Cielo al Infierno
   Aquella mañana todo  parecía normal, todo indicaba que tendríamos una aventura promedio, la NCA comenzaba una mas de sus múltiples expediciones, pero ahora con 7 integrantes mas. 



La engañosa frescura de un nuevo día nos invitaba a adentrarnos más y más entre estas placidas arboledas silvestres.



  Los 10 ciclistas, en fila India se desplazaban con vigor conforme el sol hacia crecer su intensidad calorífica.  En la foto Oscarh Pierre seguido por los experimentados Nachoscott y Andrescoutt.



Primer  imprevisto se presenta  entre los ciclistas punteros. Una profusa ponchadura pero sin saldo rojo, no todavía.



Terminada la reparación y con el grupo reunido se da la señal de guerra  para continuar con la expedición.

  

  Al paso de unas horas, nuestra travesía comenzaba a parecer una peregrinación a Talpa, solo que ignorábamos que favor en especial cobraría nuestra manda.  El termómetro dejaba ya la lectura confortable de 24 grados.


    
Segundo incidente, nada que Nachoscott no pudiera reparar usando un pedazo de su mecate.



Tercer incidente resuelto en equipo, y la temperatura, en rápido aumento.



Conforme nos adentrábamos, el paisaje  era cada vez más espectacular y aislado de la civilización, aunque notamos una espesa capa de humo sobre las montañas  debido a los trágicos incendios del bosque.



Después de 9 kms de calor incremental y sinuosos caminos, el explorador Langert Cousteau comienza a preocuparse por lo que seria el regreso. Cabe mencionar que los ciclistas mas castigados por el astro rey eran Luis Enrique, Sergio y Samuel, siendo estos dos últimos victimas del fantasma del tabaco, el alcohol y el rock & roll de su cotidiana  vida nocturna. Como dice la canción les faltaba “más gasolina”.



Por fin a los 10 Km  llegamos al punto donde comenzaríamos nuestro ascenso a pie a la llamada “Puerta al Cielo”. (ver este articulo en www.ncaexplorer.com)



Cual inmigrantes  en la frontera del país, se continúo con la caminata bajo el castigador sol.  La temperatura, mas de 35 grados y subiendo.



 Nachoscott nos guiaba entre estas desoladas montañas. El bosque muestra evidencia de un reciente incendio siendo ahora un lugar sofocante y cubierto de cenizas. 



Cual cabra de montaña, Nachoscott verifica que llegue completo el resto del grupo.



Sin embargo el grupo viene muy disperso, algunos de los exploradores llegan ya muy agotados debido a que han vaciado sus cantimploras, prácticamente están ascendiendo la montaña sin agua.



El  incendio se robo la frescura del lugar. La poca fauna que avistamos en expediciones anteriores pereció o con suerte, huyo. No escuchamos más el trinar de los pájaros, sino simplemente un silencio panteonero irrumpido por nuestras pisadas crujientes sobre un suelo caliente como comal de fonda.



Seguíamos caminando a nuestro objetivo, Langert Cousteau seguía cuestionando  si valía la pena llegar hasta el lugar pactado o simplemente esperar el paso del sol en la sombra de un requemado árbol.



A lo lejos divisamos a Samuel que era uno de los más retrasados y agobiados por la falta de agua.




"La cumbre esta cercaaaa!!",  grita Nachoscott seguido de cerca por Oscarh Perrier.



Nachoscott procura levantar los ánimos, pese a las duras condiciones. 


                               
Tras conquistar la cumbre, el júbilo  se desencadena. “El esfuerzo valió la pena!” se escucha por ahí.



Contemplamos el panorama  desde un ángulo.........



Y desde otro.........



Todos nos asombramos por la belleza del lugar aunque algunos se notaban preocupados al pensar en el regreso (sin agua).



Oscarh grita que es hora de volver, Nachoscoutt toma una ultima mirada al río Santiago para llevarse consigo esa imagen y así poder sobrellevar el estrés de la rutina semanal.



Finalmente emprendemos el regreso,  el calor nos remataba con sus 39 grados centígrados, temperaturas inusuales para estos bosques, pero son las secuelas de los incendios.



Nachoscott como siempre toma la delantera...



Mientras que los últimos se la juegan entre la vida y la muerte, acabando sus reservas de agua...



Cansancio, sed, calor insoportable y muchos kilómetros por recorrer nos hacían sentir estar atrapados en el mismísimo infierno. No se pierda la continuación de esta caliente historia, cortesía de:

                                            

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